Proceso de destilación
La singularidad de las bebidas espirituosas gallegas recae tanto en el proceso de elaboración como en los ingredientes utilizados. Los orujos de Galicia están basados esencialmente en la utilización de la uva de las viñas previamente prensadas, conformando lo que se conoce como bagazo. Esta es la materia prima elemental que, tras una serie de transformaciones y procesos químicos, dará lugar al aguardiente u orujo.El conjunto de estos procesos se llama destilación y aunque hoy día está todo muy mecanizado y concentrado en fábricas, desde Gallego y en Botella hemos querido mostraros el proceso de destilación tradicional que aún sobrevive en estas tierras. ¡Clicka en el vídeo para verlo!
Figura del aguardentero
Las partes fundamentales del proceso de destilación tradicional son el alambique –como ya veíamos en el vídeo– y el aguardentero. ¿De quién se trata?
La figura y oficio del aguardentero surgió con la aparición de los primeros alambiques, es casi tan antiguo como la propia destilación. En Galicia, su cometido era el de viajar con alambiques portátiles y destilar el orujo de la uva de cada una de las casas del pueblo, haciendo un aguardiente único e irrepetible al gusto de cada consumidor.
Se trata de un oficio tradicional ligado a las costumbres gallegas, que al igual que ocurrió con el de afilador o el cestero, se ha ido perdiendo con los años. A diferencia de otras profesiones típicas de la vida rural, la del aguardentero ha sido siempre muy controvertida.
Siempre se ha perseguido este tipo de actividades y con los años las leyes se han endurecido. Junto con la proliferación de industrias dedicadas al mundo del licor y con las últimas leyes de Hacienda, apenas es posible destilar una pequeña cantidad de aguardiente para consumo privado. El oficio desaparece con todas estas trabas. Al ilegalizarse el proceso de destilación tradicional, muchos consumidores se ven obligados a comprar los aguardientes y hacer los licores -de café o de hierbas -con materia prima destilada de fábricas que cumplan con los requisitos legislativos y del Consello Regulador de Aguardientes de Galicia.
Pero a pesar y por todas estas barreras, Gallego y en Botella ha podido hablar con un aguardentero que renuncia a despedirse de la destilación tradicional.

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